Nuestra segunda excursión por el Parque Nacional de Ordesa nos lleva a recorrer la ruta del Cañon de Añisclo. Con un día horrible de lluvia recorremos los 30 kilómetros que nos separan del aparcamiento, y desde allí comenzamos nuestro recorrido andando hacia el puente San Úrbez, desde dónde la altura da vértigo, sobre todo por la maravillosa panorámica que se disfruta del río Bellós en caída libre, ¡¡¡Wuauuu!!!

Atravesando el puente que une las dos paredes verticales llegas a la ermita de San Úrbez, excavada en esa impresionante mole de roca caliza, ¡resulta una ubicación más que curiosa!. Tan sólo unos metros más adelante el camino se divide y aunque en un principio nos dirigimos a la derecha por el cañón desistimos a la media hora por lo mucho que llueve, ya que llegar a la preciosa cascada de la Fuen Blanca son casi cinco horas de camino.

Por ello decidimos tomar un camino alternativo, la ruta circular del agua con una escasa hora de circuito se convierte en un ligero paseo, para poder así contemplar las cascadas y las pozas que se forman por la erosión del agua.

Se trata de una pequeña senda muy fácil de realizar pero con una belleza sin igual.
Sólo hay que pararse a disfrutar el momento: deleitarse con el paisaje de vértigo hacia el río, corriendo rápido cañón abajo, el colorido del bosque entre las inmensas moles de roca... y siempre el murmullo del agua.


Nos encontramos al otro lado del río Aso, oímos a lo lejos el rugir de la cascada del mismo nombre que se precipita hacia el vacío. Imposible retratar la diversidad de tonalidades que percibe el ojo humano.
¡Un espectáculo de agua, de una belleza natural!:
Terminamos nuestro recorrido en la cabaña de los guardas, la niebla cae ya sobre el cañón y a pocos metros está el aparcamiento. Desde aquí aún podéis recorrer 13 km en coche por el cañón, aunque en temporada sólo se puede subir desde Escalona, es preferible ya que solo cabe un coche.

Atravesando el puente que une las dos paredes verticales llegas a la ermita de San Úrbez, excavada en esa impresionante mole de roca caliza, ¡resulta una ubicación más que curiosa!. Tan sólo unos metros más adelante el camino se divide y aunque en un principio nos dirigimos a la derecha por el cañón desistimos a la media hora por lo mucho que llueve, ya que llegar a la preciosa cascada de la Fuen Blanca son casi cinco horas de camino.

Por ello decidimos tomar un camino alternativo, la ruta circular del agua con una escasa hora de circuito se convierte en un ligero paseo, para poder así contemplar las cascadas y las pozas que se forman por la erosión del agua.


Se trata de una pequeña senda muy fácil de realizar pero con una belleza sin igual.
Sólo hay que pararse a disfrutar el momento: deleitarse con el paisaje de vértigo hacia el río, corriendo rápido cañón abajo, el colorido del bosque entre las inmensas moles de roca... y siempre el murmullo del agua.


Nos encontramos al otro lado del río Aso, oímos a lo lejos el rugir de la cascada del mismo nombre que se precipita hacia el vacío. Imposible retratar la diversidad de tonalidades que percibe el ojo humano.
¡Un espectáculo de agua, de una belleza natural!:
Terminamos nuestro recorrido en la cabaña de los guardas, la niebla cae ya sobre el cañón y a pocos metros está el aparcamiento. Desde aquí aún podéis recorrer 13 km en coche por el cañón, aunque en temporada sólo se puede subir desde Escalona, es preferible ya que solo cabe un coche.
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