Congost de Mont-rebei (LLEIDA)

Siguiendo el río Noguera Ribagorzana, frontera natural entre Huesca y Lleida, llegamos al pueblo de Puente de Montañana en la parte aragonesa, pero en dirección a Vielha. Hoy tenemos cuatro bajo cero de temperatura, y aprovechamos a desayunar algo caliente y preguntar de paso por la ruta del desfiladero en el mismo pueblo.

Hacía tiempo que habíamos oído hablar de las pasarelas, inauguradas en el 2013, y que unían por fin huesca con Lleida desde Montfalcó, dónde queríamos haber comenzado nuestra ruta, pero los vecinos nos lo desaconsejan porque hay unos 19km de pista, casi una hora en coche y luego la ruta es todo subida, nos dicen. Así que damos vuelta y cogemos la comarcal hacia Tremp y casi en la primera curva ya encontramos un desvío hacia el Congost de Mont-rebei a ocho kilómetros por una pista bien asfaltada aunque con algunos baches y hasta tres zonas para aparcar. ¡¡No es difícil imaginar como se pone esto en verano!!.

Comienza el sendero GR junto a la caseta de madera, y a pocos metros un desvío que marca "si el pantano es bajo" se puede ir por el camino inferior, pero nosotros la ida la realizaremos por el de las tarteras (superior), llegando al puente colgante desde arriba para observarlo en todo su esplendor.


Parece ser que hubo más de un intento de excavar camino por las impresionantes paredes verticales a golpe de pico, nosotros cogeremos el que va más arriba (de 1982) puesto que el inferior mucho más antiguo no está tampoco transitable y fue anegado en algún trecho por el pantano. ¡¡Fantástico paisaje!!























Después de una hora caminando y disfrutando del paisaje, la fotografía, los precipicios, las aguas verdes y los maravillosos bancos en los que sentarte con los pies colgados al vacío, casi vemos ya el final de estas paredes en vertical.


En muchas zonas de la ruta hay cables de hierro en la pared para sujetarse con fuerza, ya que hay zonas en las que encontramos algún desprendimiento que otro que fue cubierto con piedra, pero en ningún momento nos pareció peligroso, sólo hay que caminar más cerca de la pared.


Cuando las paredes se juntan tenemos el desfiladero del Seguer y en el punto más estrecho del río ya divisamos el puente colgante que nos llevará hasta las pasarelas del Siegue, las que ya podemos ver a lo lejos, como una sombra en zigzag en una de las paredes de enfrente, ¡¡miedo, sólo de ver el desnivel que hay!!. Cruzar el puente colgante sobre las aguas turquesa ya supone todo un reto para nuestro vértigo y un espectáculo inmejorable.



No vamos a hablar de los 400 metros de desnivel hasta las pasarelas ¡por lo menos!, puesto que ya hubiéramos abandonado en ese momento, antes de la fuerte pendiente. El tramo de las pasarelas está a nuestros pies por fin, ancladas a una pared vertical de vértigo, por lo que no es muy aconsejable para los que lo sufrimos. Conseguimos descender hasta la segunda curva de escalones, pegando el trasero a la pared en algunos tramos y con una madera suelta por el camino, pero ya no voy a tentar más la suerte puesto que mirar abajo da auténtico pavor, es como estar colgado en el vacío. 
Para aquellos que no sufráis mal de alturas, si queréis conseguir la mejor foto de estas escaleras tendréis que bajar hasta la base de las mismas, "quién la consiga que lo diga", yo de momento me quedo aquí.


El regreso no resulta tan duro como el camino de ida (casi cinco kilómetros hasta las pasarelas y con un acusado ascenso), no tardamos en encontrarnos al inicio del desfiladero de Mont-rebei.



Y una vez en el puente colgante del inicio, decidimos que la ruta de vuelta será por el camino cercano al río, mucho más recto y llano, ya que la altura del pantano nos los permite.


No hay comentarios:

Publicar un comentario