Cuenca

Desde Albarracín en Teruel nos adentramos por la serranía de Cuenca, ya que queríamos realizar algunas paradas: por la CM-2106 hacia Vega del Codorno,  para visitar el nacimiento del Júcar y su bonita cascada; seguimos hasta el nacimiento del río Mundo que nos resultó decepcionante habiéndolo visto rebosante de agua en otros años, pero con la sequía de éste completamente seco. ¡Una pena!. 

Volvemos atrás para coger esta vez la CM-2105 hacia la Ciudad Encantada, en la localidad de Valdecabras, dónde contemplar una diversidad de formaciones rocosas tan caprichosas que les han puesto nombre por su semejanza: elefante, tortuga, osos, amantes de Teruel... aunque nosotros esta vez no vamos a detenernos, recomendamos realizar este bonito recorrido de 3km. Seguimos la misma carretera con parada en el Ventano del Diablo: una cueva natural con dos impresionantes agujeros en la roca que sirve de mirador sobre la hoz del río Júcar y que se ha convertido en visita obligada para los turistas, ¡desde luego vale la pena parar tan sólo unos minutos para contemplar esta maravilla natural! y quizás ver planear a los buitres leonados.















Llegamos a Cuenca, Patrimonio de la Humanidad,  y por supuesto la mejor opción siempre será aparcar el coche y patear. Comenzamos nuestro tour por el paseo del Huécar (hay un aparcamiento privado justo al final del paseo) y subir la cuesta hasta el puente de San Pablo, allí la pasarela de hierro que nos llevará justo frente a las casas Colgadas de Cuenca, que no se llaman colgantes nos explicó muy bien una encantadora señora, ¡¡que os colgarán los conquenses!!. 

Además de ser un impresionante mirador sobre el río, por ello nos detenemos a realizar unas cuantas panorámicas, también es el paso para comenzar la visita del casco histórico. 


Desde aquí y de forma escalonada hasta la Plaza Mayor, preciosa y con una estupenda oferta gastronómica, dónde tomamos un buen menú bien de precio y de calidad en San Juan, además se encuentra justo al lado de la Catedral de Santa María. Atravesamos el pasadizo y calles estrechas que nos llevarán al Castillo en lo más alto de la ciudad, fue fortaleza árabe y de la antigua muralla prácticamente no queda nada; también veréis el Arco de Bezudo que antiguamente era una de las puertas de entrada a la ciudad. Pero lo más fantástico es su ubicación, situado sobre dos hoces, Júcar y Huécar, ofrece unas asombrosas vistas sobre Cuenca: a mano izquierda el convento ahora Parador Nacional y a la derecha Cuenca colgada sobre la hoz. ¡vale la pena detenerse un rato para contemplarlo!









Y ya despedimos nuestra visita bajando por cualquier otra calle diferente, por ejemplo Alfonso VIII y así disfrutar de las callejas de la ciudad antigua. 

Acabamos nuestra tarde, como no, de tapas por Cuenca y éstas merecen una mención especial, primero: perderse por la cuesta de San Francisco llena de tabernas estrechas dónde probar platos típicos de la comarca como el morteruelo (guiso de hígado de cerdo) y los zarajos (tripas de cordero enrrolladas), por cierto bastante fuertes para estómagos delicados pero también encontraréis muchos más. Nosotros de esta zona nos quedamos con el Mesón Fidel o Mesón Rodriguez por el encanto de sus tabernas y las buenísimas y grandes tapas. Segundo: en diez minutos nos colocamos en el entorno de Plaza España con muchísimas buenas sugerencias, pero nuestra mención honorífica es para la tan renombrada Bodeguilla de Basilio, un local estrecho lleno de fotos con artistas hasta el último rincón de su pared.
Encontramos la última mesa libre y comenzamos con la bebida, la pretapa (rica crema de verdura) y finalmente la tapa (lacón fileteado, huevos fritos de codorniz y su acompañamiento en preciosas cucharitas) y todo esto por un módico precio y con la segunda bebida nueva pretapa y tapa diferente. ¡¡ Exquisitez en bocaditos pequeños!!.

A la mañana siguiente salimos por la hoz de Beteta hacia Molina de Aragón para ver su castillo que se eleva en la loma del monte y nos pilla el gran tormentón, así que tenemos que correr colina abajo. 

Por la CM-213 realizamos otra paradita par visitar el pequeño castillo de Embid situado sobre un cerro y aún quedan algunos más que ver por la zona,  aunque la falta de tiempo nos deja sólo media hora para recorrer la población de Daroca, ciudad monumental y musulmana y que además fue Camino del Cid.









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