Lago di Sorapis, Dolomiti (ITALIA)


Una joya de la naturaleza en plena alta montaña, hoy nuestro recorrido se dirige hacia el Lago de Sorapis a unos 13 km de distancia en total ida y vuelta. Por la SR48 de Misurina a Cortina d'Ampezzo y antes del Passo Tre Croci ya veréis coches aparcados al borde izquierdo de la carretera, allí mismo comienza el sendero 215, de no encontrar sitio tendréis que subir a aparcar al Passo. Comenzamos llaneando por una pista bien señalizada por medio del bosque y si volvéis la vista atrás se ve la fantástica mole del Monte Cristallo, por cierto no descartar subir otro día en funicular ya que es maravilloso dónde está colgado el Refugio Lorenzi.

Llega un momento que el desnivel es pronunciado conforme te acercas al Gruppo di Sorapis, y a partir de aquí quedas encajonado dentro de este hermoso circo, lo que significa que para pasarlo el sendero se estrecha, se convierte en tramos con cable para sujetarse, escaleras metálicas que salvan las peñas, sin quitamiedos y sobre todo de vértigo, ¡¡simplemente no os acerquéis al precipicio!!.















Por el camino nos adelanta un americano que pertenece a las Fuerzas Armadas y aprovecha para hacer trekking, al que después encontraremos por el Lago. Decía que no era un desnivel difícil, pero sinceramente lo dudo, o bien bajas y subes todo el tiempo o a mí me pareció largo y acusado. Quizás tardamos más de 2 horas, claro que a paso de fotógrafo (o sea con muchas paradas), alcanzamos a ver por fin el Rifugio Vandelli a la izquierda y volvemos a adentrarnos en el bosque, siguiendo siempre las indicaciones de la senda.  
¡¡Parece que no llegamos nunca!!


 

















Pasado el Refugio ya escuchamos con esperanza algunas voces: dos personas chinas que están haciendo una piscolabis en una de las rocas cercanas al lago. A penas somos capaces de saludar para quedar absortos con tanta belleza natural... de un color azul turquesa, casi blanquecinas sus aguas cristalinas, y en frente el que llaman el dedo de dios apuntando al cielo, te quedas ensimismado contemplando este prodigio de la naturaleza. En frente se ve una pequeña playa, así que vamos a darle la vuelta al lago, ¡para no perder la costumbre!. 

Pasamos una isla llena de vegetación, avistamos a nuestro amigo americano al que le hacemos alguna foto en la arena. Y también aprovechamos nosotros lo mismo y para detenernos a realizar nuestro almuerzo, sentados en los anoraks ya que el sol aprieta hoy. Aquí queremos dejar una espléndida y radiante panorámica:


Después nos acercamos a ver el Refugio desde fuera, comienza a llegar cada vez más gente y abandonamos el lago cuando lo inunda una excursión de jóvenes, exactamente por el mismo camino pedregoso y empinado, pero ya de bajada.

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