En nuestra última caminata por este paraje veníamos andando desde Porlligat y fue bastante duro, pero en esta ocasión vamos a realizar un pequeño recorrido que se puede hacer perfectamente con niños. Comenzamos en el punto más oriental de la península, el famoso Cap de Creus, declarado Parque Natural.
Hoy sopla una furiosa tramontana, casi es necesario agarrarse a las piedras para contemplar la isla Encalladora en frente, el viento es de tal magnitud que se lleva hasta las nubes despejando nuestro nublado día.
Hoy sopla una furiosa tramontana, casi es necesario agarrarse a las piedras para contemplar la isla Encalladora en frente, el viento es de tal magnitud que se lleva hasta las nubes despejando nuestro nublado día.

Después de pasear por el entorno del faro, el coche nos llevará en pocos kilómetros al primer desvío a mano derecha indicado en un gran panel: Paratge de Tudela. El parking abre a partir de las diez (cinco euros), sólo en época veraniega y fechas señaladas.
El recorrido desciende desde el aparcamiento hacia el mar, sobre tres kilómetros ida y vuelta, por un paraje insólito cuya importancia geológica le dio la categoría de Parque Natural. El sinuoso camino transcurre entre formaciones rocosas, erosionadas por el agua y el viento, y a vuestro paso los niños podrán disfrutar del descubrimiento de varios animales en las rocas: un camello, un águila, el conejo…tantos como permita la imaginación.

Nuestro perro explora cada uno de los rincones que le deja su correa, ya que no pueden ir sueltos.
Un precioso mar mediterráneo de color turquesa asoma a nuestros pasos, espectaculares las vistas de las calas que inundan este hermoso pequeño paraíso.


Desde La Punta Blanca divisamos el faro del Cabo de Creus y disfrutamos de la maravilla de estas formaciones rocosas que parecen esculpidas, inspiración para escritores y artistas.
Y seguimos hasta la última playa, entre árboles que el viento ha retorcido a su antojo, para llegar a Cala Culip, preciosa estampa sacada de un singular lugar recóndito.
Y desde aquí, sería posible la opción de seguir sendero hasta la carretera y luego continuar hasta el faro, pero nosotros volveremos por el mismo camino y así seguir deleitándonos con este paisaje.
Por suerte Tudela y sus formaciones rocosas fueron totalmente recuperadas de la construcción abusiva de los 60, ¡¡y creedme si os digo que no queda ni rastro del horrendo complejo turístico de más de 450 edificaciones!!.
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