En nuestro primer día hacia el Valle de Ordesa, recorremos el paisaje que nos rodea mientras vamos subiendo hacia Broto, justo al dejar atrás la autovía de Huesca el precioso pantano de Grado, dónde se ubica el Santuario de Torreciudad, impresionante construcción eclesiástica de ladrillo y emblemático lugar ... sin palabras!!. Eso sí con una preciosa ermita sobre el río Cinca.
Justo al final del pantano comienza el embalse de Mediano, en el que todavía se puede ver sobresalir sobre las aguas el campanario de la iglesia, y en verano cuando el pantano se encuentra con poca agua se puede caminar por las ruinas del pueblo fantasma que quedo anegado.
Llegamos a uno de los pueblos más bonitos de España, Aínsa, capital del condado de Sobrarbe. Pasear por sus calles medievales es cautivador, recorrer una localidad conservada con encanto, su plaza mayor, su castillo situado en una gran explanada, las murallas...
También vale la pena visitar Boltaña para llegar finalmente a Broto, hermosa villa de arquitectura pirenáica atravesada por el río Ara, con una estupenda oferta de alojamiento y por supuesto destacar la buena cocina de Casa Joaquín y las pizzas de la Tea dentro de una gran oferta gastronómica. Pero además, la hermosa cascada del Sorrosal que se precipita de una pared de roca y se encuentra a un pasito del pueblo.

Y desde aquí divisamos ya el pueblecito de Oto dónde se encuentra nuestro apartamento, un lugar idílico para descansar a menos de un kilometro de Broto.
Finalmente por hoy, después de comer y dejar nuestras pertenencias, decidimos acabar la jornada en Torla, la última localidad y puerta de acceso al paraíso de Ordesa, una villa ubicada en el valle glaciar del río Ara con la impresionante mole de piedra por silueta.
Pero podéis encontrar tesoros en algunos otros pueblos, sobre todo cogiendo el precioso valle hacia Cotefablo y Biescas, como por ejemplo la iglesia parroquial de Linás de Broto.
La Cascada del Sorrosal vale la pena, igual que casi todos los demas paisajes
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